Luis Antonio García
Lo conocí en Houston Texas hace 15 años, no lo olvido pues es mi tocayo y fue por su tío que me lo presentó un joven amable y muy trabajador, estaba con una niña de 10 años, discapacitada no podía caminar ni hablar y era su hija; nos tomamos unas cervezas y me contó que con una mujer de 16 años la tuvo cuando él, también tenía 17 años.
Cuando nació la niña, la muchacha lo abandonó, y le dejo la niña, me contó que no encontraba pareja pues en cuanto miraban la niña huían todas las mujeres, su papá y su mamá no lo apoyaban pues lo culpaban de fijarse en una drogadicta.
Cada vez que viajaba por allá lo visitaba, pero él entró en depresión y me dijo que se quería quitar la vida, me preocupe y le llame a su mamá Evita y le dije lo que él estaba planeando y su mamá solo me dijo: “Que se dé en la madre el pendejo”.
Al escuchar esto empecé a comunicarme más seguido con Wicho quien pese a sus problemas era muy responsable con su hija y en su trabajo, hace unos cinco años me llamo de San Antonio y me dijo: “Estoy tomando, y tengo 2 Armas y me voy a quitar la vida, y solo le llamo para despedirme; me alarme y le dije no vallas a hacer nada voy para allá, me dijo no venga por favor, me tarde 4 horas en llegar y ahí estaba con 2 pistolas en la mesa.
Continuando, y dijo: Mire soy un cobarde no lo puedo hacer yo mismo, ¡quiero llamar a la policía y decir que me están asaltando y salir con las Armas en la mano para que me maten los policías.
Me quede con él hasta el amanecer y le retire las Armas, después de esto, él se calmó, y hoy Luis vive con una mujer Nicaragüense que lo quiere y le cuida a su hija, ya con 24 años. Me hablo recientemente para decirme que es muy feliz, pero sobre todo está en Paz; estoy contento por él, y se los quería compartir.
Es cuánto. Hasta la próxima.